10/10/23

Eguzki reclama al Ayuntam. de Donostia incrementar el reciclaje hasta cumplir al menos con los mínimos legales.

La concejala de Ecología de Donostia, Marisol Garmendia, ha presentado hace unos días el informe anual del Observatorio de Sostenibilidad y Clima, que, leído con la habitual autocomplacencia, viene a decir que vivimos en la mejor de las ciudades posibles. Claro que también ha reconocido que hay cuestiones “mejorables”, como la separación de residuos, por lo que, según leemos en la prensa, “apeló a la ciudadanía a su responsabilidad y anunció que las instituciones organizarán campañas para fomentar esta práctica”.

A través de este escrito, pretendemos poner de manifiesto que no es que la recogida de residuos sea “mejorable”, sino que necesariamente va a tener que mejorar, y, sobre todo, que no es “la ciudadanía” la responsable de que Donostia esté a la cola del reciclaje en Gipuzkoa, sino el gobierno municipal, con Eneko Goia y la propia Marisol Garmendia a la cabeza, que durante todos estos años se ha negado expresamente a tomar ningún tipo de medida.

El Ayuntamiento de Donostia deberá mejorar a muy corto plazo el sistema de recogida selectiva de las basuras domésticas para cumplir con la nueva Ley de Residuos, que, haciendo suyos los objetivos de la Unión Europea, establece que, para 2025, alcance un mínimo un mínimo del 55% .La mejora deberá ser, además, muy sustancial, pues durante todos estos años el Ayuntamiento se ha negado expresamente a tomar ningún tipo de medida y, en consecuencia, su porcentaje de recogida selectiva apenas alcanza el 41,10, lo que convierte a Donostia en la localidad guipuzcoana que menos recicla, además, con mucha diferencia.

LA SITUACIÓN ACTUAL

Este cuadro muestra el porcentaje de recogida selectiva en 2022 en los distintos municipios que constituyen la Mancomunidad de San Marko:


MUNICIPIO

%

Astigarraga

75,29

Donostia

41,10

Errenteria

58,50

Hernani

75,5

Lasarte-Oria

44,9

Lezo

65,6

Oiartzun

69,3

Pasaia

49,60

Urnieta

69,1

Usurbil

87,40

Fuente: San Marko Mankomunitatea.


Honako taula honetan, berriz, hondakinen gaikako bilketa 2022an, Gipuzkoan, mankomunitatez mankomunitate:

MANKOMUNITATEAK

%

Debabarrena

52,27

Debagoiena

73,58

San Marko

49,45

Sasieta

76,04

Tolosaldea

69,08

Txingudi

50,82

Urola Erdia

66,88

Urola Kosta

65,57

Gipuzkoaren batez bestekoa

57,39

Iturria: Gipuzkoako Hondakinen Kudeaketa.

 Beraz, Donostia da San Markon gutxien birziklatzen duen herria, eta, halaber, San Marko da –Donostiako bilketa eskasaren ondorioz– Gipuzkoan gutxien birziklatzen duen mankomunitatea. Gipuzkoako batez bestekoa %57,39 da. Hau da, Donostia 16 puntu azpitik dago. Are gehiago, Gipuzkoako herriek, orokorrean hartuta, 2020an lortu zuten Europak 2025erako ezarri duen %55eko helburua. Ingurumeneko diputatu Jose Ignacio Asensiok lorpen haren berri harro-harro eman bazuen ere, esan beharra dago hura ez zela izan Marisol Garmendiak eta Asensioren gainerako alderdikideek Donostiako Udaletxean egindako lanari esker, alderantziz baizik. Alegia,

 Donostiako emaitza eskasek Gipuzkoako batez bestekoa nabarmen kaltetzen bazuten ere, gainerako udalerriek lortu zuten 2020an EBk 2025erako ezarritako marka.


EL AYUNTAMIENTO HASTA AHORA SE HA NEGADO EXPRESAMENTE A TOMAR MEDIDAS

Habrá a quien le parezca que exageramos cuando decimos que el bajísimo porcentaje de recogida selectiva de Donostia con respecto al conjunto de los municipios guipuzcoanos se debe a que el Ayuntamiento se ha negado expresamente a tomar ningún tipo de medidas durante estos años, pero juzguen ustedes mismos…

En 2014, Bildu, entonces en la Alcaldía, y el PSOE acordaron, en el contexto de un pacto presupuestario más amplio, extender el quinto contenedor de uso voluntario al conjunto de la ciudad y aseguraron que su objetivo era alcanzar el 60% de recogida selectiva para 2016. No nos opusimos a extender el quinto contenedor al conjunto de la ciudad –que, a la postre, fue la última medida “estructural” que se tomó para mejorar la recogida selectiva–, pero ya advertimos de que se trataba de un brindis al sol, pues, solo con eso, con la mera extensión del quinto contenedor de uso voluntario al conjunto de la ciudad, era más que improbable alcanzar el 60%. Efectivamente, 2015 se cerró con un 39,19% . Y también con un cambio en el gobierno municipal. En la actualidad, estamos en el 41,10.

BERAIEK KONTZIENTZIATU DAITEZELA!

Hori bai, urte hauetan guztietan Udalaren partetik itxurakeria izan da nagusi, esperientzia pilotoak eta, batez ere, “kontzientziazio-kanpainak”. Bide batez, kanpaina hauen bitartez, eta hori benetan maltzurra iruditzen zaigu, gutxi birziklatzearen erantzukizuna herritarroi pasatzen zaigu, badakizue, “kontzientzia” gutxi omen dugu eta. Eta zoritxarrez, Garmendiak Iraunkortasunaren Behatokiaren txostenaren aurkezpenean egin zituen adierazpenen arabera, errezeta bera aplikatzen jarraitzeko asmo sendoa dute.

Ezetz ba. Gehiago edo gutxiago birziklatzea ez da boluntarismo-kontua, ez da “kontzientziazio-kanpainak” ugaltzeko kontua, ea herritarrok pixka bat hobeto egitera animatzen garen. Izan ere, ez dago inolako arrazoirik pentsatzeko donostiarrok gainerako gizpuzkoarrek baino kontzientzia ekologiko handiagoa edo txikiagoa dugunik.


Los hechos demuestran que en los municipios en los que se han implantado sistemas de recogida eficaces, independientemente de su color político, obtienen buenos resultados. ¿Por qué, si no, cuando un municipio ha tomado medidas efectivas, su porcentaje de reciclaje ha subido prácticamente de un día para otro, por ejemplo, del 40 al 60%? ¿Es que acaso debemos interpretar que el nivel de conciencia de l@s vecin@s de ese municipio ha crecido de la noche a la mañana un 20%? Para nada, la conciencia es imprescindible, qué duda cabe, pero lo que determina el porcentaje de recogida selectiva es la efectividad del sistema establecido. Y eso es responsabilidad del Ayuntamiento. Mientras reciclar o no sea algo totalmente voluntario, mientras requiera un mayor esfuerzo hacerlo que no hacerlo (por la distribución de los contenedores o por otros factores) y mientras se pague lo mismo por una cosa u otra (las bonificaciones son casi simbólicas), está claro: la tendencia será a no reciclar.

Por tanto, en Donostia, ¿campañas “para concienciar a la ciudadanía”? Aquí los primeros que tienen que concienciarse son los mandatarios municipales, con Eneko Goia y Marisol Garmendia a la cabeza. Sin salir de Gipuzkoa siquiera, disponen de un amplio muestrario de modelos y variantes de sistemas eficaces entre los que elegir. Lo demás es postureo, hacer como si se hace pero sin hacer: greenwashing.

Donostia no tiene por qué sumarse a los municipios que están a la vanguardia del reciclaje en Gipuzkoa –ya nos gustaría, ya–, pero sí está obligada por ley a cumplir unos mínimos y, además, a hacerlo a corto plazo.

Cumplir esos mínimos viene a ser algo así como la prueba del algodón de las políticas ambientales. Estas no se limitan a los residuos sólidos urbanos, lógicamente, pero si en algo tan básico no se cumplen esos mínimos, cualquier discurso sobre el compromiso con el medio ambiente, el desarrollo sostenible, la economía circular, el cambio climático y demás es puro postureo, carece de credibilidad. No debemos perder de vista que no reciclar significa despilfarrar materias primas, encarecer el tratamiento de los residuos y contaminar más. Esto es algo que dice el propio Observatorio de Sostenibilidad, pero, claro, es papel mojado si no se actúa en consecuencia.