El Gobierno Vasco aparca por fin el negacionismo, se rinde a la evidencia científica y suspende la próxima campaña de pesca de la angula
Las organizaciones ecologistas consideramos una muy buena noticia que el Gobierno Vasco haya suspendido la campaña de pesca de angula 2025-2026 (1). Es una muy buena noticia que, tras haber maniobrado a través del decreto de profesionalización para mantener la pesca de angula a toda costa, se haya caído del burro y rendido por fin a la evidencia de que la especie se encuentra en situación crítica.
Dice que ha tomado la decisión “en base a los informes científicos más recientes”, pero estos no hacen sino subrayar –eso sí, con datos más alarmantes aún si cabe–, lo que vienen constatando desde hace años: que la especie se encuentra en situación crítica y fuera de los límites biológicos de seguridad. Si el Gobierno hubiese tomado la decisión realmente “en base a los informes científicos más recientes”, no se hubiese empeñado como se ha empeñado hasta ahora en mantener la actividad a toda costa. Por eso, consideramos que lo verdaderamente relevante en esta decisión ha sido la resolución del Ararteko, que el Gobierno también cita expresamente entre las razones de su decisión.
Izan ere, ebazpen hartan Arartekoak egurra eman zion Jaurlaritzari, gogotik eman ere (2). Ohartarazi duenez, Jaurlaritzak angularen inguruan onartu zuen dekretuaren “helburu nagusia (hau da, espeziearen arrantza profesionalizatzea) ez dator bat Europar Batasunean alor honetan indarrean dagoen erregulazioaren helburu nagusiarekin (hau da, aingira babestea)”. Arartekoak gehitu zuen ez dagoela Jaurlaritzaren erabakia justifikatzen duen txosten zientifiko eta teknikorik. Gauzak horrela, Elikadura, Landa Garapena, Nekazaritza eta Arrantza Sailari gomendatu zion “angularen arrantzaren erregulazioa berrikustea susta dezala, EBko zuzenbidetik eratorritako aingira europarraren populazioa berreskuratzeko eskatzen diren neurrietara egokitzeko”.
Esta resolución, que tiene su origen en una queja de Mutriku Natur Taldea, coincide prácticamente punto por punto con la postura que hemos venido manteniendo las organizaciones ecologistas.
El Reglamento de la UE, ante la evidencia de que la anguila se encuentra “en peligro crítico” y “fuera de los límites biológicos de seguridad”, restringió en 2023 la pesca profesional de angula y prohibió la recreativa, que era la única modalidad permitida hasta entonces en algunas rías de Bizkaia y Gipuzkoa. El Gobierno Vasco argumentó que el decreto de profesionalización tenía por objetivo “adecuarse” al Reglamento, pero, tal y como denunciamos, lo que pretendía en realidad era burlarlo, para poder seguir pescando.
También denunciamos que no existían o, al menos, no se nos habían facilitado, a pesar de haberlos solicitado reiteradamente, los preceptivos estudios científicos y técnicos que respaldasen la profesionalización y otras decisiones a ella ligadas, como autorizar hasta 150 licencias o un cupo de capturas para la temporada 2024-2025 de 550 kilos. Al respecto, el Ararteko constata que “ninguno [de los informes esgrimidos por el Gobierno Vasco] ha sido recabado ex profeso para el proceso de toma de decisión que justifique la pesca profesional” y “ninguno justifica, ni tan siquiera hace referencia, a los motivos de la profesionalización de la pesca recreativa ni al criterio técnico o científico por el cual se ha optado por un número de 150 licencias o por un cupo de 550 kilogramos” (3).
“La cuestión ahora –dijimos Eguzki y Mutriku Natur Taldea en nuestra valoración de la resolución– es si el Gobierno ignorará también la recomendación del Ararteko, que supone una enmienda a la totalidad al decreto de profesionalización”.
El gobierno de Iñigo Urkullu aprobó el decreto de profesionalización en su última reunión, lo que en su momento consideramos como una dejada al ancho para el nuevo consejero. “Tendrá una excelente ocasión –advertimos entonces– para demostrar que se toma en serio la preservación de la biodiversidad y que esta no es solo una de esas palabras grandilocuentes con las que se aliñan los discursos”. Es evidente que la desperdició. Pero la resolución del Ararteko le ha brindado otra. Lamentablemente, desperdiciar la primera le ha salido caro a la angula y, en definitiva, a la biodiversidad.